Los embutidos curados poseen unas cualidades nutricionales y organolépticas especialmente positivas.
Existen distintos tipos de embutidos que se adaptan a las necesidades y exigencias de los consumidores actuales. Además, al igual que la carne de la que proceden, tienen un alto contenido de proteínas y son ricos en otros minerales como el fósforo.
Nosotros vamos a hacer referencia al lomo, cabecero de lomo y chorizo gallego.
El lomo y el cabecero de lomo son productos muy similares en cuanto a aspecto y sabor, sin embargo proceden de distintas partes del cerdo.
El lomo tiene un sabor más suave, es una carne más tierna y con menos grasa. Sin embargo, el cabecero resulta más resistente y tiene un poco más de grasa.
En cuanto al chorizo gallego, es un complemento perfecto para utilizar en cocidos, potajes, barbacoas o incluso para comer en crudo. Los chorizos gallegos llevan impresos la calidad de la carne y la grasa del cerdo y se pueden consumir con picante o sin el.